De entre las estrellas del Hollywood clásico, no es Alan Ladd uno de los que mejor prensa tiene entre la crítica. Mucho se ha hablado de que era demasiado bajito (un respeto, que yo soy más bajo que él) y de que era algo inexpresivo, pero para mí me merece un respeto alguien que ha hecho filmes como El cuervo, La llave de cristal, La dalia azul, El gran Gatsby, Rebelión en el fuerte, Tambores de guerra o El rebelde orgulloso.
Y por encima de todas, uno de los mayores clásicos del western: Raices profundas, quizás la mejor película del director George Stevens y una obra maestra que ha influido en grandes westerns posteriores como El jinete pálido. Ladd bordó el papel del misterioso pistolero Shane (título original del filme), que ayuda a una familia acosada por un ganadero que quiere sus tierras. A la historia del cine han pasado escenas como el duelo en la taberna y el memorable final con Shane alejándose en el horizonte, malherido o muerto. Le acompañan muy bien Van Heflin; Jean Arthur, Brandon de Wilde, Ben Johnson y Elisha Cook, pero el más recordado fue Jack Palance como villano, lanzado a la fama con este filme.
Es una de las obras maestras del compositor Victor Young, su banda sonora es también un gran clásico.
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