En 1977, el maestro del giallo Dario Argento inició la llamada trilogía de las tres madres, formada por Suspiria, Inferno y La madre del mal, sobre tres hermanas que crearon el arte de la brujería. Las dos primeras son dos de los mejores filmes de Argento, la tercera creo que no le salió tan bien en una época que ya era de la decadencia del maestro.
Suspiria, la primera de la trilogía, está ambientada en una escuela de ballet alemana, a la que llega una estudiante estadounidense y en la que suceden asesinatos y sucesos misteriosos. Tiene la maestría habitual de Argento en el arte de matar y provocar inquietud, y está interpretada por Jessica Harper Alida Valli, Joan Bennet, Udo Kier y un jovencito Miguel Bosé que solo daba un poquito menos de miedo de lo que da actualmente. Tuvo en 2018 un remake menos destacado pero no desdeñable en mi opinión.
Como es habitual en este periodo de Dario Argento, el grupo Goblin se encargó de la banda sonora. Me parece uno de sus mejores y más inquietantes trabajos para el director,
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