Hoy puede parecer raro que se tardasen siete años en rodar la secuela de Alien el octavo pasajero, parece ser por problemas entre los creadores y que el estudio no lo veía claro. Cada entrega siempre fue de parto complicado, como el del alien.
Finalmente de la secuela se hizo cargo James Cameron, recién salido de Terminator 1 y el guión de Rambo. Aún siendo muy bien recibida en general, algún crítico se puso sarcástico comparando en nuestro país a Ripley con Rambo llamándola Rambolina. Hoy es un clásico tan indiscutible como la primera entrega.
Cameron partió de una idea que hubiese cambiado de no haberse descartado algunas escenas en el filme de Ridley Scott. Tal como se estrenó el filme de 1979, no hay explicación alguna a de donde surgen los huevos, cosa que sí tenía una explicación en una escena descartada. Cameron imaginó una reina alien al estilo de las abejas, y convirtió primero el filme en una película de comandos y después en el enfrentamiento letal entre dos madres, Ripley y la reina Alien. Sigourney Weaver está espectacular y fue nominada al Oscar, muy bien secundada por tres actores provenientes de Terminator como Michael Biehn, Lance Henriksen y Bill Paxton, la niña Carrie Henn y el actor de comedia Paul Reiser en un registro diferente al habitual en él.
La banda sonora de 1979 compuesta por Jerry Goldsmith era muy buena, pero diversos problemas entre compositor y director no hacen que acabe de lucir bien en el filme. James Horner tuvo menos complicaciones en la secuela e hizo un resultado magnífico, para muchos su primera obra maestra, aunque a mí personalmente ya me gustaba mucho en Krull y Star trek II.
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