11 de abril de 2013

Phenomena: El chip prodigioso + Willow




Este viernes Phenomena programa dos películas para mí menores en la filmografía de sus productores, los superpoderosos Steven Spielberg y George Lucas (más responsables de las películas respectivas que sus directores, aunque uno tenga mucha personalidad) y que tuvieron un éxito moderado en su momento, pero que gozan de bastante popularidad. También vienen marcadas por ser un homenaje una a un clásico del cine fantástico y otra a un clásico de la literatura (en este segundo caso mucho más sibilino y por momentos más retorcido para no pagar derechos de autor en mi opin.

El chip prodigioso:



No siendo una de mis películas favoritas de Joe Dante (para mí mucho más inspirado en filmes como Piraña, Gremlins o Aullidos), sí que me parece un filme muy entretenido y con unos excelentes efectos especiales para su época, ganadores del Oscar. Siendo claramente un filme típico producido por Spielberg, sí que se nota la mano de Dante, uno de los mayores expertos del cine americano en homenajear con mucha fortuna los clásicos que le gustan, en este caso Viaje alucinante, de Richard Fleischer. No llega al nivel de la película de 1966, pero da dos horas de buen entretenimiento esta historia del piloto que en pleno experimento de miniaturización acaba en el cuerpo de un pobre hombre, tiene una pareja simpática protagonista formada por Dennis Quaid y una Meg Ryan antes de hundir la comedia romántica americana, un cómico para mí discutible como Martin Short que aquí tiene el papel más afortunado de su carrera, y un reparto de excelentes secundarios como Robert Picardo, Kevin Mccarthy y Henry Gibson, más los habituales homenajes cinéfilos de Dante en forma de sacar al animador Chuck Jones en la cola de un supermercado y el sentido del humor que siempre ha caracterizado a su director.

Willow:



Willow me parece mucho más discutible, no porque no resulte entretenida o esté mal hecha. El problema es que en este caso por un lado no tengo muy claro donde acaba el homenaje y empieza el plagio, por otro lado su director, el habitualmente mediocre Ron Howard no tiene la calidad de Joe Dante (si es que la dirigió él, que sabiendo el control que ejerce Lucas en sus producciones que no dirige Spielberg lo mismo metió más mano de la cuenta), y finalmente al músico se le fue la mano con las influencias, por ser bondadoso con él.

Parece ser que Lucas quería adaptar El hobbit de Tolkien, pero no consiguió los derechos, y al igual que cuando no pudo conseguir los derechos de Flash Gordon creo Star wars, aquí creó Willow. El problema es que Tolkien no es Flash Gordon. A mí me cuesta no pensar en los hobbits viendo las imágenes de la aldea de Willow, en Gandalf viendo al hechicero del pueblo (encima con barba blanca), en Aragorn viendo a Val Kilmer y en Sauron viendo a la Reina, que encima tiene rasgos de Rey Herodes o de faraón, la historia tiene reminiscencias mesiánicas claras extraidas de la Biblia en el tema de la niña perseguida. Yo creo que una vez visto años más tarde la trilogía de El señor de los anillos, Willow parece más un copia y pega de Tolkien que una película, y Ron Howard no le llega a la altura del zapato a Peter Jackson, su trabajo es mucho más discutible.

Y queda para el final el músico, James Horner. Hasta entonces un prometedor músico responsable de buenas bandas sonoras de cine fantástico como Aliens o Los siete magníficos del espacio, se le empezó a mirar con lupa y bajo sospecha yo creo desde este filme. A simple vista y para quien no tenga un conocimiento exhaustivo de música clásica, puede parecer una partitura muy brillante, que lo es en algunos momentos. El problema es que quizás Horner no era tan prometedor como parecía, o que se le fue la mano al contagiarse de la atmósfera del filme del corta y pega. El tema central para un oido fino se parece demasiado al primer movimiento de la 3ª Sinfonía de Shumann, es otro ejemplo de que no queda claro dónde acaba el homenaje musical y dónde empieaza el plagio. Su carrera posterior continúa por los mismos derroteros, no es un mal músico, pero se le nota demasiado la falta de originalidad y muchas veces la copia, empezando por esa manía de incluir los acordes iniciales de la 1º Sinfonía de Rachmaninoff en algún momento de casi todas sus películas, no sé si es una broma, un tic o qué, pero no falla, sus notas son inconfundibles en la música de Horner, que  se ha quedado en bastante menos de lo que prometía a pesar del Oscar por Titanic.

Willow fue un semifiasco comercial en su momento, aunque ha ganado adeptos con los años. No es del todo un mal filme, pero no resiste la comparación en mi opinión con otros mejores de su género

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