La película que podréis ver en el Club este viernes son palabras mayores: Vértigo, considerada actualmente la mejor película de la historia del cine por delante de la hasta hace poco intocable Ciudadano Kane.
Y como la de Orson Welles, no apreciada en su momento por la crítica, que solo vio "una película policiaca más", y por un festival de San Sebastián que solo la premió con el galardón al mejor actor (merecidísimo por otra parte, James Stewart hace una interpretación antológica), y por el público, la película fue un fracaso de taquilla en su momento, tanto que Hitchcock la retiró de la circulación un buen puñado de años hasta después de su muerte, junto con La ventana indiscreta, El hombre que sabía demasiado, La soga y Pero ¿quién mató a Harry? No fue hasta 1984 que se volvió a ver y la nueva generación de cinéfilos empezó a valorarla como se merece.
La película parte de una novela de los franceses Boileau y Narcejac, quienes según afirma François Truffaut en su libro-entrevista a Hitchcock escribieron expresamente la obra para el director británico, tras conocer que había intentado hacerse con los derechos para el cine de La que no existía, novela de los mismos autores llevada al cine en Francia con gran éxito, Las diabólicas. La novela en que se basa Vértigo, llamada De entre los muertos, era una clásica novela policíaca con sorpresa final, sobre un detective con problemas de vértigo que investiga el extraño comportamiento de la mujer de un viejo amigo. Hitchcock cogió la novela y añadió o potenció unos cuantos detalles que le interesaban: un tono más onírico (por momentos Kim Novak parece casi un fantasma inexpresivo, es la actriz perfecta para el personaje y es la mejor interpretación de la actriz, y eso que Hitchcok la llamó en el último momento a causa del embarazo de la prevista Vera Miles), también más necrófilo (Stewart se enamora de una muerta) y más romántico, es la película arrebatadoramente romántica del genio, apoyada en una memorable y muy wagneriana banda sonora de Bernard Herrman. Y tomó una decisión arriesgada para la época: contar la sorpresa final, no en el último minuto, como harían otros, sino bastante antes en un flashback sin palabras.
Finalmente, dos curiosidades sobre su estreno en España en 1959: la primera, que hubo que cambiar su título en castellano por culpa de una "españolada". Ya existía una película española de 1953 llamada Vértigo (conocida también como Casta andaluza), y tuvieron que cambiar el título, por lo que pusieron el de la novela, De entre los muertos, por una vez no estaba mal. Y lo más surrealista: tenía un final en España diferente del del resto del mundo; en su presentación en San Sebastián, había una escena tras el climax en el campanario que parece que no convenció a Hitchcock y que hizo que acabase en el campanario; la escena posterior no se eliminó en España, pero fue doblada de manera que enalteciese las bondades de la policía. En 1984 se eliminó la escena, y después solo se ha visto aquí en los 90 en unos pases en los cines Meliès; creo que el maestro hizo bien en quitarla, no aporta nada y el final actual es mucho más contundente.
Espero que os guste, os dejo con Scene d'amour, de la banda sonora de Vértigo, en versión orquestal:
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