Stanley Kramer fue un notable productor y director estadounidense, famoso por sus películas en los 50, 60 y 70, especialmente sobre temas políticos y sociales como racismo, guerra nuclear o el nazismo. Entre las películas que produjo destacan El ídolo de barro, Hombres, Cyrano de Bergerac, Salvaje, El motín del Caine, y como director, Fugitivos, La hora final, La herencia del viento, ¿Vencedores o vencidos?, Adivina quién viene esta noche o De presidio a primera página.
El mundo está loco, loco, loco, loco es de las pocas que se alejan de la temática social. Está planteada como un homenaje a la mayor parte de la comedia estadounidense con la excusa-mcguffin de la búsqueda del botín de un gángster fallecido en un accidente y por ella circulan junto al protagonista Spencer Tracy gran cantidad de cómicos míticos en USA y Reino Unido con papeles importantes o cameos: entre los protagonistas, Miltorn Berle, Sid Caesar, Ethel Merman, Mickey Rooney, Phil Silvers, Jim Backus, Jimmy Durante, Peter Fallk y Terry Thomas, y entre los cameos Los tres chiflados, Jack Benny Buster Keaton, Joe E. Brown, Edward Everett Horton, Don Knotts, Jerry Lewis, Carl Reiner, Sterling Holloway y un largo etcétera. Es irregular, se le va la mano a Kramer con la duración de casi tres horas más intermedio, pero tiene momentos muy divertidos.
Y tiene una de las mejores bandas sonoras de Ernest Gold, colaborador habitual de Kramer. Su divertido vals me gusta personalmente más que Éxodo, la banda sonora por la que ganó el Oscar unos años antes.
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