Este viernes, y dentro de la programación de Phenomena en el cine Urgel, podremos asistir a la proyección de dos producciones del italiano Dino de Laurentiis de los años 80, una basada en un comic y otra basada en un clásico de la literatura pulp que también ha conocido versión en comic.
Flash Gordon
Probablemente el mayor fracaso comercial de la carrera de Dino de Laurentiis, quien conocedor de que George Lucas había intentado llevar el comic al cine antes de hacer Star wars, intentó aprovechar el éxito, pero fracasó estrepitosamente. Se ha dicho de todo sobre el filme, desde que es una horterada y una de las peores películas de la historia de la ciencia-ficción hasta que fue un filme anticipado a su tiempo. Para mí tiene más de lo primero que de lo segundo (aunque no lo pondría tampoco entre lo peor de la historia), y tiene un serio problema con su protagonista masculino, un tal Sam J. Jones que no daba la talla como actor y del que no se supo nunca más. Tampoco ayudó la dirección de un casi desconocido director británico como es Mike Hodges, que no pasa de la discreción. Pero queda la banda sonora de Queen y la poderosa presencia como villano del gran actor sueco Max von Sydow, aquí casi irreconocible como podéis observar en la foto. En papeles importantes también están la actriz italiana Ornella Mutti, el entonces desconocido y futuro agente Timothy Dalton y el actor que protagonizó El violinista en el tejado Topol. No soy especialmente fan del filme, pero actualmente está considerado un filme de culto entre algunos sectores cinéfilos.
Conan el bárbaro
De Laurentiis debió de aprender de los errores cometidos en el filme anterior, porque estuvo más fino y acertó en el cásting y en la elección del director. John Millius era por entonces un director y guionista de bastante prestigio (aunque con unas tendencias reaccionarias que se acentuarían en siguientes filmes), con dos filmes de culto como Dillinger y El viento y el león y como coguionista de Apocalypse now. Acertó al llevar al filme al terreno de lo mítico y de la más pura aventura, ayudado por otro guionista que acababa de ganar un Oscar por El expreso de medianoche y que estaba a punto de darse a conocer como director, Oliver Stone. Y acertó con encontrar al Conan perfecto, un culturista austriaco con poco currículum en el cine (solo le recuerdo antes un filme con Kirk Douglas, Cactus Jack y un telefilme sobre Jane Mansfield) y de limitados recursos interpretativos, pero de muy poderosa presencia, Arnold Schwarzenegger, perfecto para el personaje. El filme, rodado en parte en España (se distingue claramente la Ciudad Encantada de Cuenca) tuvo un gran éxito y empezó a lanzar la carrera del actor, quien acabó convirtiéndose en una estrella con Terminator. Y al filme le salieron imitadores por doquier, especialmente de la filmografía italiana, con experiencia en Hércules y Macistes (bastante más interesantes que las imitaciones de Conan de los 80) y que se lió a sacar imitaciones dirigidas por Antonio Margueritti (Anthony M. Dawson para los amigos) y otros expertos en subproductos. Por último, destacar dos cosas, la soberbia banda sonora del entonces poco conocido Basil Poledouris (sus coros de The riders of Doom son probablemente los mejores hechos para cine en la historia), y la presencia como Conan joven del actor español Jorge Sanz.
Os dejo con las bandas sonoras de Flash Gordon y Conan el bárbaro:
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