Hablar de las películas de Torrente siempre resulta díficil, es un personaje que tiene tantos admiradores como detractores, así que es difícil contentar a ambos. Aunque mi opinión sobre el mismo varía según la película de la saga, intentaré ser lo más neutral en este artículo.
La que podréis ver en el Club este viernes es la cuarta y de momento penúltima entrega, rodada en el sistema 3D (tranquilos, ofreceremos la versión 2D, no os tendréis que poneros gafas) y que lleva el subtítulo de Lethal crisis. En ella, José Luis Torrente comienza liándola parda en la boda de la hija de un magnate corrupto interpretado por el cantante Francisco, y a consecuencia de ello caerá en una trampa y dará con sus huesos en la cárcel, de la que intentará salir con sus peculiares métodos. Supuso por un lado el debut en el cine de un señor que últimamente dicen que canta, hijo de torero y cantante folclórica con pie y medio en la cárcel, y que responde al nombre de Francisco Rivera Pantoja, más conocido por Kiko Rivera o Paquirrín, que más que actuar lo que hace es interpretarse a sí mismo. También supuso la última actuación en la saga del gran Tony Leblanc, presente en todos los filmes de Torrente como algún familiar del protagonista (en la quinta entrega también aparece, aunque de otra manera). Como siempre, el filme está lleno de cameos, entre los más destacados los de Enrique Villen, David Bisbal (que también interpreta el tema principal) Joselito y Belén Esteban.
Que disfrutéis de la película, al menos los fans de Santiago Segura, el resto pues ya tendréis otras películas a vuestro gusto.
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