Como ya anuncié por aquí, celebramos el viernes y sábado pasado la cuarta edición de la Nit de crims en el Centre Cívic del Carmel. Lleno hasta la bandera con entradas agotadas desde el primer día, y creo, por las reacciones que pude ver de algunos amigos que hubo los dos dias y de gente con la que hablé que yo no conocía, que al público le gustó mucho, se lo pasó muy bien, aplaudió mucho (también abucheó en algunos momentos, efecto que también buscábamos en algunos determinados momentos, como en la entrada "gloriosa" de mi personaje indio en el salón) y se implicó en lo que estaba viendo (perfomance india, comentarios sobre la escena clave en que se descubría al asesino).
Mi valoración personal: muy positiva. Aunque pudiese parecer desde fuera un personaje fácil de hacer siendo casi el único de la obra que no tenía motivos para cometer el asesinato (el único que no quería ver muerta a su mujer, que no tenía algún tinte racista o que no ocultaba algo), ofrecía dificultades:
-La duración de la obra: hasta ahora solo había hecho obras de unos 30 minutos, y aquí pasamos a una obra que se alargó hasta las dos horas y media. Añadir repetir las escenas cuatro veces cada una para cada grupo en que estaban divididos los espectadores y el cambio de escenario en tres pisos del Centre Cívic. El cansancio que me provocó lo he notado estos días, no lo lamento, no me importará repetir en una próxima edición.
-Las perfomances durante la obra. Quien haya visto la escena incial, no paro, en total son seis entradas y salidas de escena durante el asesinato, prácticamente un ritmo de vodevil en una comedia criminal, no es fácil, requiere un esfuerzo físico notable y máxima atención para saber cuándo entrar y salir. Tampoco es fácil para mí la escenita de la "danza india de matrimonio", no estoy acostumbrado a hacer danza y me costaban al principio los movimientos. Y no son perfomances, pero los intermedios entre escena y escena también costaban lo suyo, casi eran también un vodevil escondiéndonos del público que entraba y salía para que no nos viesen antes de actuar.
-Que aún siendo inocente y no teniendo motivos, OJO SPOILER (por si repitiésemos, no está previsto, pero nunca se sabe), sí era el "arma del crimen", el verdadero culpable da un cambiazo de la medicina de mi mujer por veneno en la escena clave para echarme la culpa. Desde el punto de vista de interpretación, cuesta un poquito saber hasta qué punto debes parecer sospechoso o no, puedes pasarte de corto pero creo que no te debes exceder para parecer sospechoso, eso nos lo dijo muy claro nuestro director (estupendo Marius Hernández).
- El disfraz. No por parecerme ridículo (el miedo al ridículo no lo tengo siendo actor, uno se tiene que adaptar al personaje que te toca), pero la peluca india me dio mucha guerra para ponérmela, siempre necesitaba ayuda, y veía pelos por todas partes. El traje me daba miedo también, me parecía muy ligero para estar al aire libre mucho rato en el mes de febrero (escena danza india de matrimonio era en terraza); una de dos, o abrigaba más de lo que pensaba, o el esfuerzo físico que llevaba me calentaba más de lo que supuse, en ningún momento pasé frío
Con todo lo dicho me lo pasé en grande. Solo lamentar que apenas pude ver las actuaciones de los compañeros, salvo las escenas en que estábamos juntos, no puedo valorarlas, aunque seguro que estuvieron estupendos. También, y aunque me encantó el personaje que tuve que hacer, me gustaría para próxima edición alguien más cabroncete para variar (sea o no el asesino), hacer de bueno es menos divertido que hacer de malo o cabrón.
Agradezco finalmente a todo el equipo lo que hemos hecho estos días. Al equipo del Centre Cívic (Alex, Patri, Toni, Miquel, Carol y alguno más que no recuerdo ahora), su dedicación para preparar la obra y a su gran trabajo de decoración, atrezzo y logística.A Neus y a su pareja (lo siento, no recuerdo el nombre), la primera por hacer un vestuario formidable y a su pareja por ayudar hasta el último momento para que estuviese perfecto (literalmente, a pocos minutos de empezar seguiamos en ello). A Marius Hernández, gracias por todas las sugerencias de cómo hacer el personaje y aclararme las dudas que se me iban planteando. Y sobretodo mis compañeros de reparto (Mireia, Antonio, Montse, Helena, Terry, mi querido compañero de fatigas teatrales y audiovisuales Marius Latorre, los Trastorners Laura y Elias) gracias por su generoso esfuerzo en hacer la obra y por los buenos ratos que hemos tenido ensayándola y represéntandola, espero volver a veros juntos en la próxima edición.
Para acabar, unas cuantas fotos de la obra y sus decorados:
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