El director británico Roland Joffé había llamado la atención de crítica y público con Los gritos del silencio, pero es La misión la película que en principio le consagra, ganando la Palma de Oro del Festival de Cannes y el Oscar a la mejor fotografía. No volvió nunca a estar a la altura de sus dos primeras películas, Creadores de sombras y Vatel están bien, pero su versión de La letra escarlata no me convence y lo último que recuerdo de él es una desastrosa hagiografía del fundador del Opus llamada Encontrarás dragones.
La misión es un gran clásico de los años 80 que cuenta la historia de un jesuita y un ex traficante de esclavos convertido en monje que se enfrentan a la decisión del poder político de acabar con su misión en tierras indias tras el Tratado de Madrid de 1750. Tiene una gran interpretación de Robert de Niro y de Jeremy Iron en la que fue su consagración en cine, acompañados por Aidan Quinn y Liam Neeson en uno de sus primeros papeles. Destaca la gran fotografía de Chris Menges.
Y tiene una de las mejores bandas sonoras de la historia del cine. El uso del oboe y los coros por parte de Ennio Morricone eleva a la gloria y al séptimo cielo a casi todos menos a una Academia de Hollywood que completamente ida de la olla dio el Oscar a una película que no tenía que haber estado ni nominada (si El padrino no "merecía nominación", Alrededor de la medianoche menos, utiliza mucha más música no original). Simplemente para quitarse el sombrero o la mitra el trabajo de Morricone.
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