Toda la etapa de Roger Moore en la saga Bond tiene un tono autoparódico, pero muchos creemos que en donde mejores resultados consigue es en el filme de 1977 La espía que me amó. Moore está en el mejor momento de su personaje cuando todavía la edad le aguanta, el guión es muy divertido en el que el agente se enfrenta a un megalómano villano que quiere acabar con el mundo fuera del agua, tiene uno de los mejores decorados de Ken Adam (inolvidables el barco-base de submarinos y la casa acuática del malo), una muy bella chica Bond como Barbara Bach y para mí el mejor sicario del villano que ha pasado por la saga, el gran en todos los sentidos Tiburón interpretado por Richard Kiel. Quizás lo peor es el villano principal, el muy envejecido actor alemán Curd Júrgens creo que no era el adecuado, pero es el único pero que le puedo poner a una de las más divertidas entregas de 007, de gran éxito en un año que todos lo tuvieron muy complicado con la competencia que hacía La guerra de las galaxias.
En esta ocasión, John Barry no fue el compositor de Bond como era habitual en la saga, parece ser que por problemas de impuestos. Le sustituyó un compositor no muy habitual en el género de acción como es el gran Marvin Hamlisch. El resultado me parece quizás la mejor banda sonora bondiana no compuesta por Barry, con un divertido tono irónico en los temas instrumentales y una gran canción interpretada por Carly Simon.
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