Recordando la reciente polémica con Shakira y su plagio con Loca, me viene a la memoria la vieja polémica en el mundo artístico de cuándo una obra se puede considerar plagio y cuándo homenaje. Y si hay alguien que ha llevado la polémica hasta el extremo es el compositor James Horner.
Horner tiene 8 nominaciones a los Oscars y 2 Oscars por Titanic, y es uno de los compositores más conocidos actualmente entre el público. Ha compuesto un buen puñado bandas sonoras de grandes éxitos desde que a principios de los 80 debutara en la Factoría Corman, pero tiene muy mala fama entre los cinéfilos aficionados a las bandas sonoras y los especialistas en el tema. Empezando por el que estuvo a punto de ser su suegro Jerry Goldsmith (uno de los grandes al que dedicaré más de un artículo), se le acusa de ser un vulgar reciclador de temas ajenos y de repetirse a sí mismo. Pondré el ejemplo más famoso.
Os pongo la 1ª Sinfonía de Rachmaninoff. Atentos a las primeras notas de la sinfonía:
Y ahora una selección de varias composiciones de Horner:
Y podía haber puesto más. Horner utiliza frecuente y machaconamente como coletilla en sus composiciones las cuatro notas iniciales de Rachmaninoff para dar tensión, lo que muchos han llamado el sonido Horner y otros irónicamente el parabará. También se le ha acusado de repetir temas (El hombre bicentenario y Una mente maravillosa). El caso es que de vez en cuando, el hombre tiene talento, pero le pierde ser demasiado acomodaticio, Pero tiene algunas bandas sonoras francamente buenas que lo redimen a veces. A mí su banda sonora de Aliens me gusta mucho:
Y en Braveheart dio lo mejor de sí:
Mucho más que en su tema más popular que le dio el Oscar, estimable, pero un tanto azucarado y en algún momento repetitivo respecto a Braveheart, y donde además se encontró con Celine Dion que no es santo de mi devoción: Titanic:
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