Si Desayuno con diamantes es la consagración de Blake Edwards y Henry Mancini, Dias de vino y rosas es la confirmación del talento de ambos. A partir de ahí, forman uno de los mejores binomios director-compositor de la historia del cine, junto con Fellini-Rota, Hitchcock-Herrmann, Leone-Morricone o Spielberg-Williams. El talento de Edwards creando gags se combina perfectamente con la ironía y la clase de Mancini; con muy pocas ocasiones en que trabaja con otros compositores como La semilla del tamarinco (John Barry) o Dos hombres contra el Oeste (Jerry Goldsmith), Mancini se convierte en el compositor habitual de Edwards con grandes películas y melodías como la saga de La pantera rosa, El guateque, 10 la mujer perfecta o Victor/Victoria. La unión se rompe a la vez con la muerte de Mancini y el retiro de Blake Edwards tras El hijo de la pantera rosa, quizás el peor filme del director.
En cuanto al filme de 1962 Dias de vino y rosas, es con toda seguridad el mejor filme no cómico de Edwards, que pocas veces conseguía grandes resultados fuera de la comedia, y también el mejor filme sobre alcoholismo con Dias sin huellas. Adaptación de un telefilme protagonizado por Clift Robertson y Piper Laurie, logra un gran filme sobre el descenso a los infiernos del alcohol de una pareja. Parece ser que tanto Edwards como los protagonistas Jack Lemmon y Lee Remick eran alcohólicos hasta ese momento, sabían muy bien de qué hablaban. El título de la película y del telefilme provienen de un poema de J P Miller
Mancini por su parte hace una gran banda sonora, y compone otra vez con Johnny Mercer una gran canción en los títulos de crédito (formidables, no he encontrado quién es el autor de los mismos), muy triste y muy bien interpretada por el cantante Billy Eckstine. Versionada entre otros por Frank Sinatra, Perry Como, Shirley Bassey, Tony Bennet o Ella Fitgerald, es un clásico.
Destacar entre las nominadas dos grandes canciones como Tender is the night y Walk on the wild side.
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